Son parte de nuestro día a día, pero poco sabemos sobre su origen. Pese a que millones de coches circulan a diario por los caminos de todo el mundo, es posible que nunca te hayas detenido a pensar cuál es el origen del parabrisas ni bajo qué circunstancias fueron creados, y es que su utilidad se concretó de manera tan vertiginosa que, hoy en día, resulta imposible pensar el mercado automotriz sin un taller de cristales para automóviles.
Sin embargo, en los albores de la existencia del coche, el parabrisas simplemente no existía. En su lugar, los conductores debían utilizar gafas para protegerse de las inclemencias del tiempo, de los insectos y de la suciedad arrastrada por la brisa. ¿Pensarían los conductores de aquellos tiempos que la reparación parabrisas sería un servicio posible de realizar? ¿O que en un futuro lejano a los vehículos se les implementaría un novedoso sistema de control automático, más bien conocido como sistema adas?
Veamos cómo ha sido la evolución del parabrisas desde su inicio hasta la actualidad.
Los primeros parabrisas
La evolución del parabrisas no ocurrió de manera acelerada como podía suponerse. Pese a que el auge de la segunda revolución industrial ya había acaecido, el uso del parabrisas aún parecía algo bastante lejano, puesto que en 1903 los primeros parabrisas no eran tal, sino vidrios comunes.
En 1908, Ford introdujo en su icónico modelo Ford T un parabrisas que se dividía en dos hojas, permitiendo al conductor reemplazar una hoja de vidrio estuviera sucia. Marcas como Cadillac también tenían en sus modelos parabrisas de este tipo. Esta característica allanó el camino para que 1915 la firma Oldsmobile incorporara parabrisas, esta vez sin doble hoja, en todos sus modelos de coche. Sin embargo, estos vidrios generaron mucha polémica porque cuando se producía un accidente, estos cristales se rompían en mil pedazos, provocando serios daños físicos a sus ocupantes.
Los primeros parabrisas laminados
El origen de los parabrisas hechos de cristales laminados que traen los coches en la actualidad data de hace ya más de cien años. Como en este tipo de descubrimientos suele intervenir la casualidad, un día de 1903, al químico francés Edourd Benedictus se le cayó un vaso que, en vez de partirse en cientos de pedacitos, sus cristales se mantuvieron unidos gracias a que su interior contenía restos de una película de nitrato de celulosa.
Así, hacia 1920, con el fin de brindar más seguridad, Henry Ford decidió incluir en sus coches los primeros cristales laminados en sus automóviles. A pesar de implementarlo como una característica opcional, Ford los ofreció a un precio asequible para sus clientes. Sin embargo, no sería hasta 1926 cuando la firma Rickenbacker fabricó el primer parabrisas laminado de serie. Lo paradójico de esto es que al año siguiente esta firma se disuelve debido al elevado precio de sus coches, liquidando todo el sistema de fabricación a la alemana Audi.
El desarrollo a lo largo del siglo XX
Durante los años 30 las principales firmas de coches estaban enfrascados en una carrera por fabricar el mejor parabrisas del mercado. En 1934, Chrysler le mostró al mundo el primer parabrisas de una sola pieza con formas curvas. Luego, en 1936 General Motors apostó por el ya extinto parabrisas dividido verticalmente.
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La firma Carleton Ellis, en tanto, patentó una resina sintética transparente que hacía que el parabrisas soportara la decoloración provocada por el paso del tiempo. Por esos mismos años, los fabricantes comenzaron a utilizar butiral de polivinilo, volviendo a los cristales laminados más resistentes. Estos avances contribuyeron a que en caso de accidente solo fuera necesaria la reparación del parabrisas.
Hasta los años 50, ya casi todos los coches que estaban en el mercado utilizaban vidrios laminados todo el coche. Sin embargo, para reducir los costes, a final de esta misma década se comenzó a implementar vidrio templado a las ventanas laterales y traseras.
En los años 60 el parabrisas laminado pasó a volverse obligatorio en Estados Unidos y en Europa.
El parabrisas y el sistema ADAS
En la actualidad, todos los coches fabricados y homologados en la unión europea traen incorporado el sistema adas (Sistema Avanzado de Conducción), cuyos sensores y cámara de seguridad vienen incorporados en una zona estratégica del parabrisas. La creación de este sistema ayuda a que el conductor pueda visualizar y ser advertido de los eventuales peligros que existen a su alrededor.
Los coches actuales tienen en sus parabrisas un moderno sistema de control cuyo objetivo es contribuir a la seguridad. Eso sí, siempre se debe tener en cuenta que, en caso de reparación o sustitución del parabrisas, se debe realizar una buena calibración del sistema adas, de lo contrario, podría perjudicar la seguridad durante la conducción
La evolución también se vive en Ralarsa
En Ralarsa nuestra principal misión es contribuir a la seguridad al interior del coche. Por eso, nuestros esfuerzos están puestos en otorgar el mejor servicio de reparación de parabrisas, así como la sustitución del cristal en caso que fuera necesario.
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